The Origins of the Advent Calendar

Los orígenes del calendario de Adviento

A medida que se acerca la Navidad, exploremos la fascinante historia del calendario de Adviento. Esta entrañable tradición nació en la Alemania del siglo XIX como una forma sencilla para que las familias llevaran la cuenta de los días previos al nacimiento de Cristo. Descubramos cómo evolucionó desde simples marcas de tiza en las puertas hasta los calendarios creativos que tanto apreciamos hoy.

El calendario de Adviento ofrece una forma encantadora de conectar con los niños y enriquecer su comprensión de las tradiciones culturales. Originalmente, era una práctica sencilla pero significativa en la que las familias marcaban cada día con una tiza o una vela, haciendo una cuenta atrás visual hasta Navidad. Esta tradición se ha convertido en una entrañable costumbre navideña, llena de ilusión y anticipación.

El primer calendario de Adviento impreso apareció a principios del siglo XX, gracias a Gerhard Lang, un impresor alemán inspirado por la tradición de su madre de pegar 24 dulces a un trozo de cartón. Creó el primer calendario de Adviento comercial en 1908, con 24 pequeñas puertas que escondían imágenes o versos, capturando la magia de la cuenta atrás para la Navidad.

Con el tiempo, el calendario de Adviento se popularizó, con variaciones que reflejaban diferentes culturas y regiones. A pesar de interrupciones como la Segunda Guerra Mundial, cuando el racionamiento de papel detuvo la producción, la tradición resurgió con fuerza tras la guerra. En la década de 1950, Richard Sellmer popularizó la versión moderna, con coloridas ilustraciones y motivos festivos.

Hoy en día, los calendarios de Adviento son una parte alegre de las celebraciones navideñas en todo el mundo, y ofrecen una amplia gama de opciones creativas para satisfacer diferentes gustos e intereses. Desde calendarios rellenos de chocolate hasta aquellos que incluyen productos de belleza o juguetes, sirven como símbolo de alegría e ilusión.

En un mundo que a menudo parece acelerado, el calendario de Adviento nos anima a hacer una pausa y disfrutar de los pequeños placeres de la temporada. Fomenta la reflexión y la atención plena, recordándonos cada día la magia y el asombro de las fiestas.


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