21 de diciembre ~ Calendario de Adviento Familiar 2025
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Celebrando la comunidad:
Detrás de la puerta de hoy está la comunidad
En un campo impregnado del suave aroma de la lavanda, un ángel aparece para anunciar la gozosa noticia del nacimiento de Jesús. El ambiente se llena de asombro y unidad, mientras los allí reunidos comparten esta significativa revelación. Esta escena encarna bellamente la esencia de la comunidad, un valor muy apreciado por los estoicos y enfatizado en Hebreos 10:24-25, que nos exhorta a «estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras».
La lavanda, con su esencia calmante, representa la armonía y la fuerza colectiva que se encuentran en una comunidad solidaria. Al igual que el ángel, cuyo mensaje une a las personas, reflexiona sobre cómo tus acciones pueden inspirar y animar a quienes te rodean. Puede ser algo tan sencillo como encargarte de las tareas de alguien más de vez en cuando, ayudar en pequeños gestos, escuchar con atención o ser voluntario en tu vecindario.
La comunidad prospera gracias a un propósito compartido, donde la contribución de cada persona crea un flujo dinámico de producción, comercio, interacción social y culto. Aprovecha la oportunidad de generar un impacto positivo en estas expresiones vitales de amor.
Amor Lavanda
Estratificación en frío
Las semillas de lavanda necesitan un pequeño estímulo para germinar. Para ello, colócalas sobre una toalla de papel húmeda o un filtro de café, y luego dentro de una bolsa o recipiente de plástico hermético. Déjalas enfriar en el refrigerador de dos a cuatro semanas.
Siembra
Siembra las semillas en interior entre 10 y 12 semanas antes de la última helada. Utiliza tierra con buen drenaje y presiona suavemente las semillas sobre la superficie, ya que necesitan luz solar para germinar. Coloca las bandejas de siembra en un lugar soleado o bajo luces de cultivo para favorecer su crecimiento. Mantén la tierra constantemente húmeda, pero no encharcada, asegurándote de que las semillas reciban suficiente luz para desarrollarse.
Creciente
¡Paciencia, querido jardinero! La lavanda crece con calma. Cuando las plántulas tengan algunas hojas, trasplántalas con cuidado a macetas individuales. Una vez que haya pasado el riesgo de heladas, aclimata poco a poco estas plantas jóvenes al exterior. Colócalas en un lugar soleado con tierra bien drenada y verás cómo crecen fuertes y sanas. La lavanda necesita espacio para extenderse, entre 30 y 45 cm entre cada planta. Prospera a pleno sol, incluso en suelos que no sean perfectos.
Cuidados invernales
Estas resistentes plantas perennes agradecen una buena capa de mantillo o una maceta acogedora en el interior.
La lavanda puede embellecer tu jardín año tras año en el clima adecuado. Después de su floración, recórtala y protégela con mantillo para que resista el invierno.
Un giro delicioso
Imagínese una limonada con un toque de lavanda, o galletas y siropes con una pizca de magia púrpura , en condimentos, azúcar o miel, y tés.
¡Qué bien se ven!
Por dentro o por fuera, la lavanda es bastante elegante.

¡Qué ingenioso!
La lavanda le da un toque encantador al envoltorio de regalos, y existen numerosas manualidades con lavanda, como bolsitas aromáticas para armarios, cajones y maletas, velas con infusión de lavanda, varitas de lavanda (tallos frescos envueltos en cinta), jabón y sales de baño...
Superpoderes
La lavanda posee diversas propiedades medicinales, incluyendo efectos ansiolíticos, sedantes, estimulantes del estado de ánimo, analgésicos y antiinflamatorios. Estas cualidades pueden ayudar con problemas como el estrés, el insomnio, la depresión, los dolores de cabeza y problemas digestivos como la hinchazón y las náuseas. Además, la lavanda posee propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas que pueden favorecer la salud de la piel y ayudar en la cicatrización de heridas. Se puede utilizar de diversas formas, como aceite esencial para aromaterapia o uso tópico, o disfrutarla como una infusión relajante.
¡Hay más!
Más allá de sus usos religiosos y ceremoniales, la lavanda, componente del nardo, era muy apreciada por su fragancia y se utilizaba ampliamente en perfumes, cosméticos y jabones, especialmente por los romanos. Sus propiedades aromáticas no solo se apreciaban para el adorno personal, sino también para mantener un estilo de vida lujoso. La lavanda se consideraba un símbolo de alto estatus y opulencia, reflejando el lujo y el valor atribuidos al aceite de nardo. La asociación de la planta con temas de amor, serenidad y paz espiritual aumentó aún más su atractivo en diversas culturas y sociedades.
En relatos bíblicos como el Evangelio de Juan, se menciona a María Magdalena por ungir los pies de Jesús con ungüento de nardo. Asimismo, el Evangelio de Marcos narra un suceso similar en el que una mujer derrama perfume puro de nardo sobre la cabeza de Jesús, resaltando la estima y el significado espiritual de este aceite. El Cantar de los Cantares, un poema bíblico de amor, también menciona la planta en dos ocasiones, simbolizando la belleza y los placeres aromáticos.


